Esta ves quiero confesar lo frustrada que me siento, como estudiante, futura docente y como cualquier persona que tenga la más mínima conciencia y el deseo de que en Chile de una buena ves se imparta una Educación de calidad con equidad, hasta cuando niños que no tienen la culpa de tener un nivel socioeconómico bajo tengan que pagar las consecuencias del negocio que nuestro país hace con la educación, no es posible que a 7 de Septiembre algunos estudiantes no reciban sus textos escolares. Solo pensar en eso me indigna, no basta con que se viva en una situación precaria, con que sus padres no tengan estudios superiores, no basta con que una
aula tenga más alumnos de los que debiera, no basta con el esfuerzo sobrehumano que debe hacer cada docente por sacar a su curso adelante , que más que un curso son niños, con sueños,
esperanzas, anhelos de superarse día a día… si desde ya no se tiene lo suficiente para entregar una educación de calidad, ¿creen que sin textos y sin recursos se pueda lograr todo lo que se
propone?
Hoy fue mi primer día de práctica y me sentí impotente frente a las necesidad y el deseo de
aprender; hoy se que ser un educador es un gran desafío, es una lucha diaria, es un deber y no solo con mi país, mi región o mi establecimiento educativo, sino también es un deber con cada niño que se cruce en nuestra vida, esta ves ya no me preguntare que debo hacer o luego me cuestionaré que no hice, simplemente haré y trataré de hacer lo mejor posible y creo que hasta lo imposible para llevar esperanza y aliento a muchos niños que solo necesitan que confíen en ellos y les den las herramientas necesarias para lograr lo que se propongan. A pesar de todo lo adverso que pueda ser, quiero creer que hoy podemos comenzar con ese cambio, que
será lento y muchas veces silencioso, pero llegará el día en que esos niños de hoy, puedan levantar sus voces, exijan un cambio y se conviertan en esos hombres y mujeres que marquen y transformen nuestra historia.